El ojo es el puente entre la realidad interna y externa. Para los artistas visuales, es es el reflejo de la realidad externa, y para los poetas, es el espejo del alma. El ojo abierto es símbolo de vida y conocimiento y, cerrado, de adormecimiento y muerte. En numerosas creencias ha representado a seres divinos. Lo primero que se hace con los que fallecen es cerrar sus ojos. De tal contexto, han surgido creencias tan antiguas como el mal de ojo, por ejemplo.
Comparaciones y explicaciones
En el proceso de individuación primitiva, la humanidad ha impreso su propia imagen en diferentes plataformas de la naturaleza. El autodescubrimiento, el cual viene antes que el descubrimiento de la naturaleza, nos ha permitido identificar fuerzas misteriosas con características humanas. En este proceso, una figura de ojo humano fue proyectada hacia el cielo para convertirse en un “ojo que todo lo ve” de lo que muchos llaman Dios. En este ejercicio de comparación, otros elementos naturales han adquirido connotaciones oculares, como el sol, que es algo así como el ojo preeminente del cielo.
Elementos en común
Tan pronto como las pirámides de Egipto existieron, los ojos de Horus representaron el sol y la luna. En la mitología wixárika, el tzícuri u Ojo de Dios fue utilizado por el dios venado Kauyumari en la creación del mundo. El símbolo del ojo es muy importante en muchas otras culturas milenarias; desde la Iraní en la que Mithra es el “amo del cielo diurno” y “vigilante de todo lo que existe sobre la Tierra”, así como la “luz celestial que da calor y vida”, en pocas palabras, el sol.
Sociedades y organizaciones
El ojo es un símbolo de la visión psíquica y la iluminación en muchas organizaciones espirituales. En el budismo, por ejemplo, los ojos representan la percepción espiritual y el ver con el alma. En estos casos, el significado simbólico de los ojos se relaciona con la "segunda vista" o percepción extrasensorial.
Muchas filosofías esotéricas antiguas, así como las basadas en la tierra, consideran el ojo como un canal o un pasaje hacia una nueva dimensión. Aquí el ojo no es un símbolo físico sino más bien etéreo en el que la conciencia puede entrar en una puerta de expansión infinita . Este viaje se recorre a través del canal negro como la boca del ser (representado por el negro de la pupila). Una vez que se cruza el umbral, se dice que uno obtiene un conocimiento superior, un atisbo de epifanía intensificada, comparable a la iluminación.
Desde la masonería hasta la alquimia, el ojo es un símbolo de uso común. Está destinado a representar un deseo de aferrarse a una visión ideal para el futuro. También es un símbolo de “vigilar” lo que es importante.
Más allá de solo ver
Los ojos son probablemente los órganos más valorados por los seres humanos. Junto al corazón, son símbolos y agentes en innumerables mitos y son protagonistas de tradiciones y creencias milenarias que continúan vigentes en las costumbres de culturas diversas en todo el mundo.
En la narrativa, la vista trasciende más allá de una función biológica y se transforma en visión; el poder de vislumbrar y reconocer lo que está en el entorno y la necesidad de saber qué es lo que está más allá: imaginando, soñando y haciéndolo especial.
Las cualidades asociadas a los ojos y a la vista son diversas y engloban procesos complicados del pensamiento humano: la belleza, el estado de ánimo, las intenciones y el control son solo algunos elementos de la lista que se han visto disfrazados de ojos. Por esa razón, los símbolos oculares son tan populares, participando en el arte, el diseño, el habla común y la cosmogonía de los tiempos antiguos y modernos.